He escrito en muy numerosas ocasiones ya mi posición en relación con la prohibición de los fondos de inversión en el fútbol. No comparto dicha medida, no sólo porque presenta graves interrogantes jurídicos desde la perspectiva del Derecho Comunitario y Nacional de la Competencia, sino porque supone cercenar un mecanismo de financiación propio de cualquier actividad empresarial. LA cuestión jurídica ya he tenido ocasión de exponerla en los post y artículos que he dedicado a la cuestión, por lo que simplemente querría añadir una reflexión que trasciende de los anterior.
En el momento en el que la prohibición FIFA de los fondos de inversión sea efectivamente implementada (se piensa que mayo del 2015), no me cabe duda alguna de que los clubes de fútbol encontrarán vías alternativas para ofrecer garantías a la financiación que bancos o fondos puedan facilitarles; la ingeniería contractual no tiene límites y no tardarán en elaborarse mecanismos alternativos, como resulta lógico.
Lo anterior se hubiera evitado, y los comportamientos existentes en la actualidad que deben ser expulsados del mercado se hubieran eliminado, con la imposición de medidas de disclosure es decir, transparencia, a quiénes actúen como TPOS, así como con el establecimiento de unas reglas claras y de unos modelos contractuales públicos y conocidos. No se ha optado por eso, y sí por la prohibición de estos sistemas de financiación, lo que no pondrá fin necesariamente a determinadas influencias perniciosas externas en los clubes profesionales, y sí limitará un mecanismo de financiación básico para clubes.
PD: Lo que no deja de sorprender es que se defienda la mercantilización del deporte profesional para determinadas cuestiones (aplicación de Derecho de Defensa de la Competencia), y para otras el fútbol sea una burbuja ajena a los instrumentos propios de cualquier actividad empresarial.
La prohibición de los fondos será en mayo de 2015 sin la transición de 3/4 años?