Sobre la «desbancarización» de la financiación empresarial

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Parece existir un consenso generalizado en torno a uno de los déficits más graves de la financiación empresarial en España, en particular, y en la UE en general: su excesiva vinculación a la financiación bancaria, y la escasa relevancia de la financiación a través de los mercados de capitales.

En relación con esta cuestión, y en la línea de profundiza en el desarrollo y los instrumentos de nuestros mercados de capitales, de modo que se conecten inversores con empresas, conviene destacar dos iniciativas de actualidad, una en el ámbito nacional, y otra en el comunitario.

La primera de ellas es el manido Proyecto de Ley de Fomento de la Financiación Empresarial, una de las medias estrella impulsadas por el Gobierno, consecuencia más o menos directa del rescate bancario, y al que hemos tenido ocasión de referirnos también en el blog. En este proyecto cuya tramitación parlamentaria vive sus últimos coletazos y se espera concluya en las próximas semanas, se incluye no sólo el régimen jurídico del crowdfunding, sino medidas de mejora del acceso a los mercados de capitales, así como la reforma del régimen jurídico de titulizaciones, establecimientos financieros de crédito, etc.

La segunda de ellas, a la que el profesor Sánchez-Calero se ha referido ya en su blog, es el Libro Verde de la UE: “Construir una Unión de Los Mercados de Capitales”, publicado el pasado mes de febrero

En este sentido, en el marco de la prioridad europea del empleo y el crecimiento, la construcción de un mercado único de capitales que impulse y fomente el acceso a la financiación empresarial en los mercados de capitales se identifica como una de las grandes prioridades e impulsa la elaboración del Libro Verde.

Dejando al margen los grandes propósitos, el Libro Verde afronta la tarea –a largo plazo- de “desbancarizar” la financiación empresarial europea, aproximándola al modelo americano, permitiendo una mejor conexión de inversores y oportunidades de negocio, estableciendo de este modo un marco que facilite el flujo de capitales.

El libro verde reconoce de forma expresa en su preámbulo que se trata de un proyecto a largo plazo pero, junto a ello, la necesidad de hacer progresos de manera inmediata. Por ello, se proponen por parte de la Comisión un conjunto de medidas y actuaciones concretas que serán afrontadas en los próximos meses:

  • “Elaboraremos propuestas para fomentar la titulización de alta calidad y crearemos en los balances de los bancos margen de maniobra para la concesión de préstamos;
  • revisaremos la Directiva sobre el folleto a fin de facilitar a las empresas, particularmente a las más pequeñas, conseguir financiación y encontrar inversores en otros países;
  • iniciaremos los trabajos tendentes a mejorar la disponibilidad de la información crediticia sobre las PYME, con el fin de que sea más fácil para los inversores invertir en ellas;
  • colaboraremos con el sector a fin de instaurar un régimen de colocación privada paneuropeo para fomentar la inversión directa en las pequeñas empresas; y
  • apoyaremos la utilización de nuevos fondos de inversión a largo plazo europeos para canalizar la inversión hacia las infraestructuras y otros proyectos a largo plazo. “

Desde una perspectiva puramente procedimental, la consulta pública, como avanzábamos, concluirá el 13 de mayo, un plazo en el que todos las instituciones e interesados del sector podrán remitir sus consideraciones en relación con las 32 preguntas que incorpora el Libro Verde, agrupadas por materias. Este periodo de consulta debe permitir alcanzar una serie de conclusiones, al igual que en otros ejemplos previos de “Libros Verdes” de la Comisión, y elaborar, en su caso, un concreto Plan de Acción con vistas al año 2019.

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