El MAB: un buen año 2015

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La «desbancarización» de la financiación de las empresas españolas pasa necesariamente por el reforzamiento e impulso de los mercados de capitales, y muy particularmente, por su especial flexibilidad, los denominados por la Ley del Mercado de valores, sistemas alternativos de negociación, naturaleza a la que responde el MAB (Mercado Alternativo Bursátil). En este sentido, los últimos meses han sido de especial  intensidad para el MAB por la sucesión de acontecimientos (piénsese en el asunto GOWEX, por ejemplo o en la reforma de la Ley del Mercado de Valores), lo que parece que no ha impedido un buen año en términos puramente numéricos (9 salidas al MAB en el 2015, solo por detrás del año 2010).

Como hemos manifestado ya en alguna ocasión, se trata de un mercado de capitales en el que el riesgo inversor es un elemento sustancial, y en el que reformas puramente reactivas movidas por acontecimientos concretos (como el asunto GOWEX), pueden no ser la mejor alternativa. El triunfo y consolidación del MAB pasa por su flexibilidad, agilidad y transparencia, no perdiendo de vista que el perfil del inversor en este tipo de mercados, debe ser el de un inversor muy cualificado, como contrapartida a dicho riesgo consustancial al propio funcionamiento del mismo. En estas cuestiones me he detenido en posts anteriores en el blog (por ejemplo aquí, aquí y aquí), y en ponencia reciente en el marco del XIII Congreso Harvard-Complutense en otoño pasado, a la que me he referido también aquí.

Los resultados del año 2015 son una buena noticia teniendo en cuenta en el contexto en el que se producen; esperemos que la tendencia se consolide y fortalezca en el año 2016.

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