En el BOE de ayer 5 de noviembre de 2015 se publica la Orden ECC/2316/2015, de 4 de noviembre, relativa a las obligaciones de información y clasificación de productos financieros que pretende clarificar, sistematizar y homogeneizar la información (la cantidad y calidad) que el consumidor de dichos productos en mercados financieros (banca, valores y seguros), debe recibir.
La Orden para dicho objetivo aplica un triple principio como indica el profesor Tapia: transversalidad, simplicidad y homogeneidad en la cantidad, calidad y formato de la información suministrada.
La Orden que entrará en vigor el 5 de febrero de 2016, resulta de aplicación a los productos financieros que en ella se indican expresamente, esto es, a los instrumentos financieros recogidos en el artículo 2.1 del TRLMV, productos bancarios como a los depósitos bancarios incluyendo, entre otros, los depósitos a la vista, de ahorro y a plazo; a los productos de seguros de vida con finalidad de ahorro, incluidos los planes de previsión asegurados; y a los planes de pensiones individuales y asociados. Se excluyen expresamente los seguros colectivos que instrumentan compromisos por pensiones, los planes de previsión social empresarial; la deuda pública emitida por el Estado, las Comunidades Autónomas y las Entidades Locales; los productos financieros sujetos al Reglamento (UE) n.º 1286/2014 ; y las participaciones y acciones de instituciones de inversión colectiva sujetas al Reglamento 583/2010/UE de la Comisión.
Como también explica el profesor Tapia con claridad, el sistema de clasificación de productos que la Orden emplea se sirve de los tradicionales los criterios de evaluación de los activos financieros en torno a los factores de rentabilidad, riesgo y liquidez, imponiendo una clasificación de productos financieros por niveles (6), teniendo en cuenta las los ratings del producto, en su caso, e imponiendo alertas de liquidez y complejidad del producto.
