Sobre los Maestros

Como por todos es sabido ya, falleció antes de ayer don Eduardo García de Enterría, Maestro insigne de administrativistas y personaje imprescindible para entender el actual andamiaje de nuestro Derecho Administrativo. Mucho y muy bueno se ha escrito ya en el día de ayer sobre lo que don Eduardo García de Enterría ha supuesto ,por eso no se me ocurre mejor homenaje que detenerme brevemente, a raíz del triste acontecimiento de su fallecimiento, en la figura del Maestro tan bien representada por don Eduardo.

El Maestro universitario, a diferencia del profesor, sin que por ello se descalifique a éste, es el que sabe comunicar, encender entusiasmos y despertar vocaciones; el que bien sabe atraer, interesar e integrar en una sola obra común, sobre todo de espíritu y conducta (tomo la definición de RICO PÉREZ en «Los miércoles jurídicos de Don Federico de Castro»). El Maestro transmite con su ejemplo no sólo conocimientos, sino que orienta, sugiere apoya e ilusiona, lo que permite adquirir un método y crecer en nuestra carrera y vocación jurídica, todo ello generalmente a través de la conversación y su fuerza multiplicadora.

Al tiempo del fallecimiento de uno de los últimos grandes Maestros del Derecho, un reconocimiento para todos aquéllos que, aun sin saberlo, lo son para quiénes en ellos nos fijamos. La Universidad, esta Universidad en la complicada situación en la que se encuentra, necesita de ellos, de su sabiduría y buen hacer. Yo tengo la suerte de tenerlos y muy buenos, me siento un privilegiado, de ahí estas líneas a modo de obras en las que se concrete el agradecimiento para que no sea «cosa muerta», tal y como afirmaba don Miguel de Cervantes del agradecimiento que se quedaba en el simple deseo.

El que tenga un Maestro, que lo cuide.