Una de las cuestiones de principal actualidad en el ámbito de la regulación financiera (y en muchos otros ámbitos si de blockchain hablamos) es la cuestión de las ICOs y de las criptomonedas (a la que ya nos hemos referido, por ejemplo, aquí). Pues bien, os doy noticia del comunicado conjunto de CNMV y de Banco de España, de la pasada semana, al que podéis acceder aquí.
El contenido del comunicado no es ni arriesgado ni sorprendente, y quizá por eso resulte muy acertado, dado que se limita a subrayar de una manera clara y concisa, tanto el estado actual de la cuestión, como los riesgos principales que afectan tanto a las ICOS como a la criptodivisas. Se trata de un conjunto de riesgos específicos y cualificados que afectan a la inversión en estas ofertas de tokens o criptomonedas y en general a la inversión en ellas, tales como (i) su carácter no regulado, (ii) su naturaleza transfronterizo, (iii) el riesgo de volatilidad y de iliquidez, (iii) riesgo de pérdida de la inversión y, (iv) riesgos de falta de información.
A veces se hace necesario decir que «el caballo blanco de Santiago» es blanco, pues eso.
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