Junio, el septiembre «bolonio»

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Me habréis leido ya en alguna ocasión en el sentido de criticar alguno de los aspectos del conocido como plan «Bolonia» en la educación universitaria. En este sentido, hace unos días publicaba en El Calzador, un post relativo al complicado papel del Maestro académico en este escenario.

En este caso, estas líneas son para destacar uno de los aspectos más positivos del nuevo (ya no tanto) marco universitario: el calendario académico. La distribución temporal en el mismo es más lógica y razonable, y superado el necesario tiempo de adaptación se agradece. Las clases comienzan los primeros días de septiembre y finalizan antes de navidades (exámenes incluidos), mientras que el segundo cuatrimestre comienza en enero y termina en mayo (exámenes incluidos), de tal forma que el antiguo septiembre se traslada a junio. Con ello se consigue que las recuperaciones se realicen antes de verano y que el curso quede cerrado en el mes de julio.

¿Cómo lo veis?

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