La importancia del Networking (antes «relaciones») en la abogacía

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Escribir a estas alturas de la importancia del networking para la abogacía, como en general para cualquier actividad profesional del sector servicios, resulta una obviedad, y por utilizar la jerga «no parece aportar mucho valor añadido». No es algo nuevo, se trata del clásico «hacer relaciones» que, sin embargo, sí que debe adaptarse a los nuevos tiempos y a las nuevas formas de comunicarse. Un buen abogado es una suma de atributos en la que el conocimiento jurídico es uno de los más importantes (lo sigue siendo aunque se le quiera desterrar), pero no el único como hemos contado aquí, y su capacidad de relacionarse, venderse y contactar con potenciales clientes, es sin duda, uno de ellos. Hay grandísimos juristas que no han sabido o podido desarrollar esta habilidad ,y por eso no han sido y no son grandes abogados.

Esta capacidad de relacionarse y crear contactos a través de diferentes medios no es evidentemente una de las que más importan en un abogado junior, pero no debe descuidarse nunca y exige ser trabajada y madurada poco a poco. La abogacía es, muy en esencia, una profesión que se basa en la confianza y para ganarse la confianza del cliente un paso previo e indispensable es que te den la oportunidad de merecertela; y, ahí, es donde entra en juego el networking, tanto con tus propios compañeros como con potenciales clientes: algo tan viejo como la abogacía misma.

 

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