Hace unas fechas me hacía eco en el blog de la reciente circular FIFA número 1420, de 12 de mayo de 2014, en la que se avanzaba, entre otras consideraciones, que en el 64 Congreso de dicha entidad, que tendrá lugar en Sao Paulo los próximos 10 y 11 de junio, se analizaría la situación de los fondos de inversión en el fútbol o la regulación de los Third Party Owners (TPO). En este sentido, se incluye en el Orden del día de dicho Congreso el análisis de la situación a la vista de sendos informes de CIES y CDES, a partir de los cuáles la FIFA habría de tomar una postura definitiva en relación con el fenómeno.
Pues bien, ya avancé aquí que la FIFA podría estar pensando más en una solución de admisión y regulación/control de la actividad de los fondos y no tanto en una absoluta prohibición de su actividad al estilo francés o inglés. Lo anterior no es información, sino más bien una suerte de ejercicio predictivo (con los riesgos que uno asume con ello), que se apoya en lo que la propia circular antes referida permite leer entre líneas, y en el escenario confuso y complejo, sin una conclusión clara, que los informes solicitados por la FIFA parecen dibujar. Con ello, se adoptaría la posición que más ponderada y equilibrada me parece, tal y como he venido defendiendo y en lo que no me voy a repetir. En todo caso, una cosa queda clara, la semana que viene saldremos de dudas, y aunque la solución que el Congreso adopte sea la de concederse un plazo adicional de estudio y reflexión -no lo descarto-, lo que no acabo de imaginar es que el resultado de las deliberaciones sea una posición de oposición frontal al fenómeno, prohibiéndolo, a las puertas del artado inaugural de un Mundial en un continente en el que la economía de sus clubes dependen en gran medida de estos actores, y en el que, en todo caso, la posición ha sido siempre muy favorable a su existencia.
En unos días se resolverá la incógnita.
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